jueves, 9 de julio de 2015

#Motivos por los que un #Niño se porta #Mal

Un niño no se porta mal porque sea malo. Es un problema de inmadurez. Por eso si tienes que castigarle debes tener en cuenta la edad de tu hijo.

CÓMO FUNCIONA LA MENTE DEL NIÑO

El niño pequeño es un ser egocéntrico, no controla sus impulsos y es incapaz de calmarse cuando se enfada. Todo esto tiene mucho que ver con la inmadurez de su cerebro y nada con la maldad ni con el mal carácter.
La parte del cerebro donde se encuentran las emociones (la amígdala cerebral) está más desarrollada al nacer que la parte donde reside el razonamiento (la corteza prefrontal). Y la amígdala sigue manteniendo este avance a lo largo de los dos primeros años.
El niño pequeño es un ser emocional antes que racional. Por lo tanto, el autocontrol y la capacidad para dominar los impulsos y las emociones no surgen hasta pasado el segundo cumpleaños.
En cuanto a la empatía, no nace hasta que el niño comprende que el otro siente algo distinto que él, un descubrimiento que se da en torno a los 30 meses. Antes de ello no entiende que quitarle un juguete o pegarle puede hacerle llorar.
¿CÓMO APLICAR UN CASTIGO SEGÚN LA EDAD?
Para que un castigo resulte efectivo debemos tener siempre muy en cuenta la edad del pequeño.
DE 0 A 1 AÑO
En el primer año no podemos hablar de castigo. Si hace algo que no debe, hay que retirarle del lugar y desviar su atención hacia otra actividad.
DE 1 A 2 AÑOS
Su memoria es muy corta y necesita tiempo para interiorizar nuestras prohibiciones, por eso hay que repetírselas tanto. No hay mala idea en sus acciones, sólo ganas de explorar.
DE 2 A 3 AÑOS
En esta etapa debemos seguir con los “noes” y aplicar el castigo de la “pausa obligada”: cuando no haga caso, dejarle solo un momento explicándole el por qué (tiene que darse esta circunstancia en un lugar seguro).
El tiempo del castigo no debe superar 1 minuto por cada año de edad (2 años: 2 minutos).
DE 3 A 4 AÑOS
Aparte de la pausa obligada, podemos retirarle un privilegio. Y conviene introducir el sistema de premiar las buenas conductas. Acuerda con él qué conducta debe mejorar, por ejemplo la convivencia con el hermano o recoger sus juguetes.
Dibuje o imprime en una hoja un cuadro de recompensas de los días de la semana y por cada día exitoso, dibújale un sol o una estrella. Cuando llegue a un determinado número de soles, obtendrá un pequeño detalle.
Esto te ayudará a aplicar un correctivo efectivo en esas situaciones difíciles y te aseguro que mas adelante tu hijo (a) te lo agradecerá.


Fuente: Cosas de la Infancia

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